Vivimos en un tiempo donde, o bien por exigencias del mercado o por las excentricidades de los artistas, la discografía flamenca carece de clasicismo, ortodoxia o pureza, como cada uno lo quiera llamar. Hoy día parece impensable sacar un disco fresco y renovado sin utilizar la vieja técnica del "que cultureta soy, me voy a hacer un disco con versos de fulano y con acompañamiento de la filarmonica de Kazajistan". Pero no, aun quedan artistas dispuestos a aportar nuevos aires al cante por derecho, a retocar a los grandes creadores flamencos para aportar su granito de arena y darle una vuelta de tuercas a las diferentes formas cantaoras. Este es el caso de David Lagos, cantaor jerezano que el pasado jueves 3 de abril, presentó su disco en el Círculo Flamenco de Madrid con sede en Las Tablas.
"Mi retoque del cante jerezano", así se titula este trabajo llevado a cabo por David, con la ayuda de Carlos Martín Ballester en la elección de los cantes y Santiago Lara en los arreglos musicales. A priori puede resultar pretencioso a la par que valiente el nombre elegido para el disco, ya que realizar un retoque a lo que roza la excelencia, puede tener un efecto devaluador. No es el caso, el retoque que aporta David está lleno de frescura y respeto sin perder un ápice de pureza. Además viene a desmitificar al cante jerezano que algunos se empeñan en acotar en dos o tres estilos y a dejar constancia de la diversidad cantaora de esta ciudad. El resultado es a mi juicio de una categoría inmensa.
El acto comenzó con una mesa coloquio presentada por Juan José Gil, donde los artífices de este disco dieron buena cuenta del proceso de creación del mismo. Carlos Martín, Santiago Lara y David Lagos contaron de principio a fin el engendramiento y nacimiento de esta obra. Tras oír contar a los protagonistas, llegó el turno de oírlos cantar y tocar.
David es un cantaor que yo definiría como completo. Personalmente me parece uno de los artistas flamencos más interesantes en la actualidad. Lo tiene todo: un compás nanométrico, un voz dotada de una musicalidad infinita, un rajo muy flamenco y un conocimiento y afición desmedida por lo jondo. Por algo es un pilar fundamental en la compañía de Israel Galván.
Antes de llegar a Jerez, el cantaor quiso pasearnos por triana para degustar algunos de sus estilos soleaeros que dieron lugar a las autóctonas bulerías por soleá de su tierra, de la que ya no saldríamos. La serenidad de la malagueña de Chacón versión Luisa Requejo cobró un nuevo aire en la voz de David, que estuvo perfectamente arropado por la sonanta de Santiago.
Otro de los grandes de su ciudad que tiene gran relevancia en este disco es el Niño Medina, su guajira fue pura miel que emanaba en forma de música desde la garganta del jerezano. Llego el momento más dificil de abordar según el propio cantaor: el cante por seguiriyas. David hizo monumento de este estilo tanto en el disco como sobre las tablas. Le pilló con una motivación especial, y eso se nota a la hora de apretarse los machos y darlo todo. Tres jerezanos ilustres e históricos estuvieron presente en su interpretación: Manuel Torre, El Marrurro y Chacón. La fuerza que puso se transformo en emoción y en éxtasis de un público que ya comía de su mano. Normal, se los había ganado a base de buen hacer.
Me atrevería a decir que muy pocos cantaores están a la altura de David por bulerías; su ritmo, compás y velocidad vocal están un pasito por encima de lo normal, a esto le sumamos buen gusto y rajo para tener un resultado perfecto. De esta forma David y Santiago se despidieron de los aficionaos del Círculo, dejando un aroma muy personal del cante jerezano y un gran sabor de boca entre los asistentes.
David Lagos y Santiago Lara por bulerías en el CFM:
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