A Pepe Haro por abrirme los brazos en la Peña Juan Breva.
Descansa en paz amigo.
Porque tiene, porque puede y porque quiere. Así es como David Palomar se alza como uno de los grandes baluartes de la escuela gaditana, esa donde las penas se cantan por alegrías. El pasado viernes tuvimos a bien disfrutar del cante cargado de sal de David, que continuaba con el ciclo Gran Flamenco del Café Berlín, organizado por Gestión de Proyectos Culturales bajo el asesoramiento artístico de Carlos Martín Ballester.