jueves, 28 de febrero de 2013

El Zambo "solo ante el peligro" en la Sala Plantabaja


Con motivo del ciclo Noches Flamencas en Plantabaja se presentaba ayer el cantaor jerezano y santiaguero Luís El Zambo ante la afición granadina. Y lo cierto, es que dicha afición dejó que desear, porque la sala estaba prácticamente vacía. Es una pena que nos quejemos tanto de que no se programan buenos espectáculos, y cuando se hacen, no sean correspondidos...


Luís El Zambo


Poco hace falta decir de Luís El Zambo que los aficionaos no conozcan ya. Su eco es personalísimo e inconfundible, y su cante tiene denominación de origen por las dos vertientes, los Soto y los Fernández. Le acompañó un joven guitarrista, David, que siendo sincero no estuvo a la altura de lo que exige el cante de Luís. Técnicamente bien dotado, pero con carencias en el compás y con una pulsación muy débil. Tiene cualidades este joven, pero en mi opinión le vino grande acompañar al cantaor jerezano.

La verdad es que en términos generales el espectáculo fue algo frío, sobre todo en la primera parte del mismo. Normal si tenemos en cuenta que el público en su mayoría tampoco ayudó a que Luís se calentara. Si a todo esto le sumamos que el encargado de acompañarle al toque también era de bajas temperaturas, el resultado no fue todo lo bueno que cabía esperar.

Comenzó Luís con uno de sus cantes por excelencia, Bulerias por Soleá, donde insisto que la guitarra además de no llevar el compás de la manera más pulcra, apenas sonaba. El Zambo tampoco brilló en su especialidad, cantó con pocas ganas.


Luis y David



A Levante se fue, donde David pudo demostrar su técnica, y Luís que también sabe hacer cantes ad libitum. Unas Tarantas bien hechas.

Los soníos negros hacían acto de presencia en el escenario. Seguiriyas. Aquí el jerezano sacó algo más lo que lleva dentro, y cantó con ganas. Hizo estilos atribuidos a Manuel Torre, y a su pariente Paco La Luz, pero en las formas que nos legara Terremoto. Hubiera estado sublime si la guitarra hubiera tenido algo de presencia en el cante.

Continuaron con unos Fandangos, donde Luís siguió "sólo ante el peligro" para dejarme muy buen gusto en el paladar. Recreó fandangos con mezclas de estilos, salía por Caracol y terminaba por la calzá, o salía por el Rubio y remataba por Calzá, para terminar haciendo unos fandangos caracoleros.

Para cerrar esta primera parte del recital, una Bulerías marca de la casa. Hizo disfrutar y venirse arriba al escaso público que había en la sala.

Sin dudas, Luís dio lo mejor de si en la segunda parte. Se le vio con más ganas. Y de esta forma, salió por Martinetes. Fue lo mejorcito de la noche, con recuerdo al gran Moraíto en la copla. 


El Zambo por Martinete:



Ya mucho más metido en vereda, siguió con unos Tientos flamenquísimos, rebuscándose en cada tercio. Para rematarlos hizo un par de cantes por Tangos.


Luís y David



Otro de los mejores momentos de la noche llegó con su Soleá. Quizás por que al siete por arriba una guitarra suena flamenca "por cojones". Deshojo estilos alcalareños, y de juaniquí principalmente.


El Zambo por Soleá:



De nuevo, para ponerle fin a esta noche flamenca, la Bulería, donde Luís se siente como Pedro por su casa. Demuestra su gran dominio del compás además de exquisito paladar a la hora de interpretar. Un final casi perfecto, ya que de nuevo David no cerró a tiempo el cante de Luís.

Como aficionado, es de admirar la labor de Pepe Luís Carmona, y Enrique Novi de realizar un ciclo de estas características, trayendo a muy buenos artistas, y dando así la posibilidad a los amantes de este arte de disfrutarlos en la intimidad y cercanía del Plantabaja. Quiero pensar que el poco aforo de ayer se debe más al tema del puente, pero es una lástima que un cantaor de esta categoría no llenara la sala.

Pepe Luís esta llevando a cabo ahora otro ciclo en Almuñecar, donde periódicamente pasaran por el escenario artistas de la talla de El Torta, Pepe Habichuela, La Tana, El Farru o el mismo Zambo entre otros. Una buena propuesta para los aficionaos malagueños, ya que nos coge muy cerca este pueblo granadino.











domingo, 24 de febrero de 2013

Almáchar vibró con Paqui Ríos


Paqui Ríos es una de mis debilidades, y la verdad es que hacía mucho tiempo que no la veía en vereda. Su cante es visceral, macerado en oscuros sones de maestros como los Mairena, El Chaqueta, La Perla, Pastora o Camarón. Además, era la Asociación Amigos del Flamenco de Almachar la que organizaba tan flamenca velada. Como ya he dicho en alguna otra ocasión, Almachar puede presumir de ser uno de los pueblos más flamencos de la provincia de Málaga. Con estos ingredientes, ni la lluvia ni el frío podían echarme para atrás.

Paqui Ríos. Foto: Pepe Portillo






















El encargado de secundar con su toque a Paqui fue Rubén Lara, guitarrista de 19 años que no deja de sorprender a los aficionaos por su precoz talento. Aúna a su exquisita técnica, un gran dominio del compás y sobre todo, algo que quizás no sea tangible, pero si perceptible a los oídos de los “escuchaores”, y no es otra cosa que la flamencura. Una guitarra tiene que sonar flamenca, y con tanto desarrollo de la técnica, los jóvenes tocaores no han prestado demasiada atención a este aspecto.



Rubén Lara. Foto: Pepe Portillo

Para abrir boca, comenzó Paqui por Malagueña del Mellizo. Hizo primero una Media Granaína para templarse en la que ni ella ni Rubén estuvieron finos, aún se notaba el frío en su garganta y en sus cuerdas respectivamente. Pero si algo me encanta de Paqui, es que es como una montaña rusa, imprevisible, distinta, capaz de llevarte al cenit de su cante cuando todo hace indicar lo contrario. Y esto fue lo que hizo cuando entonó la Malagueña de Enrique el Mellizo. Su cante se me metió en mi cuerpo, recorriéndolo en forma de escalofrío. Me mató. Después de esto, podía haberme ido para casa a gusto.

Decidí quedarme, para seguidamente degustar su Soleá por Bulería. Estuvo grandiosa Paqui, evocando sones de La Perla, Gloria, Frijones y aquel cante de La Serneta (7) que dejara Juanito Mojama para la historia (La mañana temprano). Un disfrute para los sentidos de los socios y aficionaos.


Paqui Ríos y Rubén Lara en Soleá por Bulería:



Para terminar esta primera parte de su actuación, hicieron Granaínas. Era la segunda vez que la escuchaba por estos aires, y lo cierto es que la primera vez me encantó, sacando unos matices dulces en su voz que desconocía. Pero esta vez no hizo suyo este cante, estuvo discreta, quizás por que venía mal de la garganta y es un palo que requiere unos buenos bajos. Por su parte Rubén puso a relucir su técnica desgranando falsetas con una gran soltura.

Comenzaron esta segunda parte de la actuación por Tientos y Tangos, y he de decir, que siempre están de diez en estos cantes. Paqui es de las cantaoras que más me llega por Tientos. Me gustaría verla alguna vez haciendo únicamente este palo. Se acordó de Pastora principalmente, aunque dejó una pincelada de la Repompa para rematar los Tangos.


Paqui y Rubén. Foto: Pepe Portillo


Si tuviera que decir que cante destacaría de estos dos artistas, no tendría dudas: la Seguiriya. Pero en esta ocasión ninguno de los dos estuvo cómodo. Paqui no transmitió como suele hacerlo, no le puso esa energía con la que suele afrontar este cante. Se la veía desganada. Comenzó con un estilo corto de Jerez (Tío José de Paula), al que siguió otro de Antonio Mairena, para acto seguido hacer una seguiriya de cierre en el que puso algo más de pujanza, pero sirvió de poco, porque su fiel escudero Rubén no vio que estaba rematando la Seguiriya y no le puso el broche oportuno.

Cuando parecía que los problemas de garganta de Paqui le impedían dar los mejor de ella, volvió a hacernos vibrar con unos Fandangos muy bien dichos. Con mucha fuerza, y una gran conexión con Rubén, que disfrutó su cante. Que hondo suena un Fandango de Corruco o Palanca en su voz. Y es que, ha tenido grandes maestros en este menester, como su padre o El Álvarez.

Paqui y Rubén. Foto: Pepe Portillo.


Para cerrar la noche, y con gran inspiración por parte de los dos artistas, se aventuraron en el siempre difícil compás de la Bulería. Después de hacernos vibrar con los Fandangos, se vinieron arriba y nos deleitaron con grandes dosis de improvisación, algo muy habitual en Paqui. Que si me voy a Jerez, que si me voy pa Utrera, que si meto una Caña, que si meto un Taranto, que si meto una Levantica, que si meto un Fandango de Aznalcóllar…Todo cabe en la métrica bulearesca, y si no que se lo pregunten a las hermanas con más arte de la historia del Flamenco. Por su parte Rubén estuvo pasao de compás y de ingenio para amoldarse al cante imprevisible y siempre genial de Paqui. Sin duda, fue una despedida por todo lo alto, que dejó a los aficionaos con ganas de volver a ver a estos grandes flamencos.

Después del cante oficial pudimos disfrutar de una pequeña reunión con los artistas y con algunos socios de la peña. Fue una noche de gran disfrute, noche que se tornó en madrugada, pero mereció la pena echar un ratito a gusto con Paqui que se hinchó de cantar (otros artistas cogen la pasta y hasta luego); Rubén que también dejó una pincelaitas por Fandangos y Bulerías; Curro, el presidente de la peña que también se jartó y algún que otro socio más. Una gran forma de terminar la noche.

Como siempre he de agradecer a la Asociación Amigos del Flamenco de Almachar su apuesta de programar buen flamenco habitualmente. Además el trato es exquisito por parte de los socios de esta entidad. Pueblos tan aficionaos como este es lo que hace falta en Málaga.

No me puedo despedir sin agradecerle también su colaboración al fotógrafo y amigo Pepe Portillo, que tuvo que lidiar con la escasa luz que había en la peña. Desde aquí recomiendo le echen un vistazo a su trabajo:

http://www.pepe-portillo.com/

miércoles, 13 de febrero de 2013

Angelillo de Triana fue alcanzado por el bastón de José Cepero, ¿o fue al revés?

Una discusión taurina entre el cantaor José Cepero y el torero Angelillo de Triana sucedida el 13 de Agosto de 1927 en el tablao Villa Rosa, parece ser que desembocó en una pelea, cuyo resultado fue una gran brecha en la cabeza del torero  ¿o fue en la del cantaor jerezano?


Crónica del Heraldo de Madrid:


Heraldo de Madrid 13/08/1927


Vean ahora la crónica de El Imparcial de ese mismo día:



El Imparcial 13/08/1927


Justo cuando estaba apunto de públicar encontré esta otra crónica de La Libertad, que parece corroborar que el que repartió los palos fue el cantaor jerezano:


La  Libertad 13/08/1927




Os dejo un cante del genio jerezano, Bulerias por soleá:


domingo, 10 de febrero de 2013

Perico el Pañero, un genio de otra época


La primera vez que me hablaron de Perico lo hicieron con esta sentencia: “hay un  chaval en Algeciras que es Manuel Torre”. Y en ese momento, pensé que los aficionaos a veces somos muy exagerados con las comparaciones. Pero lo cierto, es que no andaba desencaminada aquella frase.


Perico en la Peña de Cante Grande de Algeciras. Foto: Archivo de la peña.


Pedro Lérida López, conocido artísticamente por Perico el Pañero, es un cantaor gitano nacido en Algeciras 22 de Octubre de 1974. Nace en el seno de una familia ligada al cante. Su apodo le viene por su abuelo que vendía paños, de ahí pasa a su padre José Lérida Cortés “el Pañero” y de ahí a la siguiente generación. Sin duda, el cante le viene de familia, especialmente por su línea paterna. Su padre cantaba muy bien, pero no le gustaba ser artista. Su abuelo paterno, José Lérida Cruz fue un grandísimo aficionao, así lo constatan los que lo conocieron, como Sordera o Paco Valdepeñas. Cantaba y bailaba, y fue intimo amigo de los grandes del cante, ya que dedicó gran parte de su vida a estar con ellos (Antonio Mairena, Juan Talega, Tomás Pavón, Juanito Mojama…). Su abuela María Cortés Cortés cantaba por seguiriyas de una forma magistral, con una pureza exquisita. La madre de ésta, y por tanto su bisabuela conocida como La Pichanta, fue una cantaora muy admirada por Enrique El Mellizo. Su bisabuelo Bartolomé Cortés "Tío Bartolera" dicen que fue un genio del cante, pero se prodigaba poco por su carácter introvertido. Cuentan que una vez coincidió con Manuel Torre en una fiesta, y éste se quedo maravillado con su cante por seguiriyas. Tío Bartolera pasó a la historia por cantar por seguiriya cuando agonizaba en su camino hacia la muerte. Y padre de este último fue Juan José Cortés Molina “El Negrito”. Su legendaria fragua se encontraba en la conocida calle algecireña Buen Aire, donde se le podia oir sus remotas tonás y su cante por siguiriya en los que era un verdadero portento. Impartió fiestas de cabales junto a Los Cantorales, Tío Bernardo, Tío Juanillo entre otros de su tiempo.

Con estos antecedentes familiares, y con la influencia de aquellos gitanos viejos del Campo de Gibraltar, es normal que su cante fluya por los cauces que emanan de los manantiales más puros.

Con tan solo 38 años, es un gran conocedor de los cantes. A los que dota de un exquisito sabor añejo. Se trata de un cantaor de otra época, que sin duda hemos tenido la suerte de que naciera en la nuestra para poder disfrutar de su arte sin artificios. Perico es capaz de transmitir todo el sufrimiento que se esconde en cada tercio; el sufrimiento legado de sus antepasados.

Su eco gitanísimo, su voz clara, su musicalidad y su gran oído, lo dotan de unas cualidades excepcionales para abordar cualquier palo. Pero sin duda donde más a gusto (o a disgusto) se encuentra es en la seguiriya, donde consigue revivir a genios como Tomás, Manuel, Pastora, Mojama o Mairena, pero siempre con su inconfundible personalidad. Su seguiriya es una máquina del tiempo, capaz de transportarte a aquellos ambientes íntimos de los cuartos de cabales. Los que han gozado de su cante en persona (tanto artistas, como aficionaos), aseguran que es sobrecogedor, de irresistible llanto.

Perico y Jesus Agarrado en la Peña Los Cernícalos. seguiriyas:


Estas Seguiriyas son excepcionales. La primera que hace, es una versión de la atribuída a Manuel Molina (A clavito y canela) que hiciéra Tomás Pavón, se aleja un poco por tanto de la versión personal que de este cante hiciera Manuel Torre (más cortita, pero mas hiriente). En la segunda copla si evoca al Niño de Jerez (La camisa de mi cuerpo), dotándola de una gran expresividad, como hiciera aquel, pero con su sello propio. En tercer lugar de una letra que cantara Tomás Pavón (Apregonao me tienes) por el estilo atribuido a Joaquín Lacherna, la mete en el estilo corto de Tío José de Paula. Sublime. En cuarto lugar, hace un cante atribuido a Tomás el Nitri (El día que en capilla), legado por Antonio Mairena. Y por último hace un cante de cierre corto.


En la soleá vuelve a hacer otra autentica obra de arte. Desgranando estilos y formas (Mellizo, Serneta, Juaniquí, Apolás...) con una pureza sobrecogedora. Recuerda a Juan Talega en los cantes alcalarreños de iniciación, aunque su musicalidad, y su perfección vocal lo hacen más próximo a otra de sus influencias, Tomas Pavón. Es una delicia escuchar a Perico por Solea.


Perico en una reunión en Algeciras.

Otro de los cantes en los que te transporta a primeros años del siglo XX, es en los tangos paraos o tientos del Mellizo. Recordando al genio de Jerez, a Pastora, a Rafael el Tuerto, y como no a su padre; pero con su eco inconfundible, cantando pa dentro, con el estómago. Cantando gitano.

Perico Pañero y Rubén Lara. Tientos del Mellizo y Rafael El Tuerto: 


El compás, es otro de los condimentos que pone Perico a la hora de cantar. Y no sólo a la hora de cantar, ya que su baile es majestuoso, de los que transmiten con dos movimientos. Sólo hace falta verlo cantando y bailando por bulerías con sus casi dos metros de altura. Evoca sones de Jerez, Cádiz, Lebrija y Utrera. Arte en estado puro.

Todo lo que expongo aquí no deja de ser la opinión de un simple enamorado del cante. Eso sí, apoyada por otros tantos aficionaos, estudiosos y artistas que han descrito el arte de Perico como algo excepcional, diferente a todo lo demás. Por supuesto, habrá otras opiniones acerca del cante de este genio, pero esta es la mía.

La pena es que no podamos disfrutar de Perico todo lo que nos gustaría, ya que debido a un problema de garganta se prodiga poco. Ha recurrido a la medicina tradicional China, que hasta el momento es la que mejores resultados le ha dado. Estoy seguro que pronto estará repuesto para el goce de los que amamos el flamenco.


Lo cierto es que no he podido escucharlo todo lo que me hubiera gustado, pero me aventuro a decir que "estamos ante un cantaor de otra época, y a su vez, el mejor de la nuestra".


lunes, 4 de febrero de 2013

Delia, Andrés...y la inspiración


El cartel de la berza que organizaba la Peña Juan Breva en el mes de Febrero, hacía presagiar que íbamos a pasar una tarde muy flamenca. Pero las expectativas se quedaron cortas, ya que los que presenciamos el espectáculo que nos brindaron Delia Membrive, Andrés Lozano y Antonio Soto salimos del mismo sabiendo que habíamos vivido una de esas tardes mágicas, en la que los duendes revolotean por el escenario.

Comenzó Delia, una joven malagueña, que en mi opinión si hubiera nacido en Cádiz, Sevilla o Huelva (por poner algunos ejemplos) estaríamos hablando de una cantaora bastante más conocida y más valorada de lo que está.

Acompañada por la magistral guitarra de Antonio Soto arrancó por Soleá, cante que no pude ver ni oir, ya que llegue un pelín tarde. Una pena, porque es de los palos donde mejor se desenvuelve esta cantaora.


Delia Membrive y Antonio Soto


Siguió por Tientos y Tangos, cantes que hizo dulces y dolientes, con ecos de Pastora, Camarón y como no, la Repompa.

Quiso aventurarse en un terreno desconocido para mí, y es que no la había escuchado cantar palos ad libitum , exceptuando los Fandangos naturales. Acordándose de Chacón, hizo una Granaína (aunque en la interpretación se reflejan las formas de José), que si bien no sea el cante que mejor se ajusta a su voz, supo pelear cada tercio para darle un regusto muy flamenco. Continuó con una Malagueña de Chacón (en tono de Granaína) que se las pelaba también por su dificultad, pero la sacó adelante para rematarlas con unas flamenquísimas Jaberas que a más de uno nos puso la piel de gallina.


Delia


Pa Cai quiso llevarnos Delia con su cante por Alegrías, en el que estuvo arropada por el compás del Yaya. Para ser sincero, este cante lo disfruto más cuando lo interpreta un gaditano, pero Delia supo echarle esa pizca de sal que requieren estos aires. Lo que no me terminó de gustar fue que hicieran las Alegrías para bailar.

Quiso cerrar su actuación Delia por Bulerías, cante con el que nos mostró el grandísimo compás que lleva dentro esta cantaora, además de sonar muy flamenca. Los aficionaos estaban disfrutando de lo lindo con el buen hacer de Delia, que evocó sones de la Remedios, Bernarda o Camarón; este último muy presente en todo su cante. Jugando con el compás a su antojo metió unos Fandangos a ritmo de Bulerías de escándalo, y aquí, como no, se acordó del más grande por este palo: Antonio Alvarez Rosales.

Una gran despedida la que nos ofreció esta joven cantaora. Desde aquí invito a todos los aficionaos a que la escuchen, y los que se dedican a organizar eventos que la contraten, su cante no tiene desperdicio. Aquí les dejo un cante (Bulerías por Soleá) recogido en otra actuación suya:

    


El encargado de ponerle el broche de oro a la tarde del sábado fue Andrés Lozano. El manilveño es de esos cantaores imprevisibles, pero cuando está inspirado y a gusto, es capaz de transmitir lo más profundo del cante.

Con esa voz desgastá a la par que dulce, le sobra para ejecutar cualquier cante, dotándolos de una expresividad al alcance de muy pocos cantaores.


Andrés Lozano

Acompañado también por la sonanta de Antonio Soto, salió por Tarantos y Taranta, y ya desde el primer momento sabíamos que estábamos ante una gran tarde. Se acordó de Tío Antonio el Chocolate y José Cepero, pero siempre con su rajo personalísimo.

Homenajeando a su tierra continuó por Malagueñas, cante en el que hiere en cada tercio, en una lucha constante con éste, y del que Andrés supo salir vencedor. Nos interpretó la versión que de Enrique el Mellizo hiciera Manolo Caracol con el piano de Arturo Pavón. Siguió con otra del maestro Don Antonio Chacón, y las remató con un Cante de Juan Breva.

Con un claro sabor gaditano nos deleitó con unos geniales Tientos, a los que aportó mucha personalidad. No los cantó, los dijo como si de poesía se tratase, y todo esto sumado a la gran expresión corporal que le impidió siquiera mantenerse sentado. Los cerró con un par de coplas por Tangos demostrando no estar nada corto de compás.  


Sin duda, estábamos viviendo un momento mágico. Se empezaban a ver a los duendecillos hacer acto de presencia en el escenario. Tanto artistas como aficionaos estaban agusto, se respiraba un ambiente de receptividad por parte del público, que empujó a Andrés a tirarse al abismo del cante y “apuñalarnos” con su Seguiriya. Su cante corto se ajusta perfectamente a las formas santiagueras, y adaptando la letra de la Alboreá (En un verde prado tendí mi pañuelo) al cante de Paco la Luz nos dio la estocada definitiva. Inspiración. A este cante le siguieron uno atribuido a Curro Durse y un remate atribuido a Silverio.

La inspiración de los genios. Seguiriya


Seguiriyas de Andrés y Antonio:


Cambió de aires Andrés, y haciendo más distendida la grandísima actuación con la que nos estaba obsequiando, no cantó un Mirabrás con un gusto exquisito que remachó con su pregón característico.

Por si no habiamos tenido suficiente con su desgarradora Seguiriya, quiso hacernos daño de nuevo, y con una flamenquísima guitarra acompañando su hiriente cante, nos hizo unos Fandangos con el que alguno soltó más de una lágrima. Salió por Caracol, y cerro por Manuel Torre con un emotivo abrazo con Tío Tiriri, que jaleó su cante.

Con todo el público encandilado, cerró su actuación con una buena ración de Bulerías, que dejó a los aficionaos más que satisfechos. Tanto fue así, que los artistas que asistieron a su cante, quisieron regalarle un fin de fiesta a la altura de como había discurrido la tarde. El cante del Chato, el baile del gran Pepito Vargas, y el compás de Yaya, Kiko y el propio Andrés para ponerle la guindilla a un pastel más que flamenco.




Fin de fiesta con El Chato y  Pepito Vargas


Desde aquí, mando mi agradecimiento a la Peña Juan Breva por la organización de este espéctaculo.