domingo, 8 de diciembre de 2013

Honores y fiesta para Pepito Vargas


Suele ocurrir que tiene que morir un personaje histórico para rendirle honores, y más en esto del flamenco.Por suerte, no siempre sucede así, y el miércoles día 4 de diciembre en el Teatro Cervantes se hizo justicia con uno de los grandes artistas que ha dado Málaga, Ángel Lavat Campos, Pepito Vargas, uno de los bailaores fundamentales para entender esta faceta del flamenco en Málaga.


Pepito Vargas agradeciendo 
al público su cariño


Su arte es tan inmenso como su persona, por ello numerosos amigos quisieron estar con él en este día tan especial. Por su parte, el público respondió como lo exigía la ocasión, llenando casi por entero el teatro. Para empezar Gonzalo Rojo dedicó unas palabras al homenajeado, y posteriormente Paco Rojí presentó un vídeo donde se recogían algunas de las instantáneas que reflejaban parte de la vida del bailaor. Lo políticos de turno también tuvieron su momento, y entregaron varias placas conmemorativas a Pepito. Tras los actos protocolarios empezó lo bueno...

Como se preveía, la noche fue una fiesta por todo lo alto, los guiones terminaron "redactandose" sobre la marcha y de la forma más espontánea posible. Tres cuadros flamencos componían el espectáculo, tres cuadros bien nutridos de artistas y con muchas ganas de hacerlo bien. Hubo algunas ausencias de última hora como las de Estrella Morente, Chiquito de la Calzá, La Repompilla y especialmente significativas las de Enrique El Extremeño o El Álvarez, dos de los grandes esperados del cartel.

La fiesta se alargó algo más de 3 horas, y lo que comenzó como juerga en el escenario acabó transmitiéndose al patio de butacas, donde el publico participó de forma activa, aportando calor a los artistas en todo momento.

Hubo grandes momentos artísticos, de gran jondura, como las bulerías por soleá de José Soleá. Mari Peña también puso el listón muy alto por tientos y tangos. Lo de Carmen Ledesma fue realmente para quitarse el sombrero, su baile gitano no está al alcance de nadie actualmente. Sin especias ni aditivos, pero con una magia oculta detrás de cada movimiento. Sin una gran puesta en escena revolucionó al gentío, ahí radica el misterio del flamenco, y no en tener una técnica depurada. Ole tu Carmen.

Ya con el tercer cuadro sobre las tablas del Cervantes, con Pepito Vargas a la cabeza y con el público preparado para la traca final, se produjeron los momentos más especiales del homenaje. Cancanilla por seguiriyas puso la jondura, mientras que La Cañeta puso la fiesta acompañada por una guitarra con la que su cante gana enteros, Chaparro de Málaga. Lo de Teresa es sorprendente, siempre roza el cielo con sus manos y nos transporta con su arte a aquellas fiestas del Perchel y La Trinidad, donde tanto ella como Pepito disfrutaron de momentos inolvidables: "pasábamos mucha hambre pero siempre estábamos de fiesta", con esta frase resumió La Cañeta una infancia en común con Pepito.

Posiblemente el momento más emotivo de la noche fue cuando José de La Tomasa le dedicó la letra de un fandango con aires del Rubio de La Línea a Pepito, éste no pudo contener las lágrimas.


José de la Tomasa y Antonio Moya por fandango del Rubio dedicado a Pepito Vargas:




Para el fin de esta fiesta de más de tres horas, Antonio El Pipa no dudó en sacar al protagonista a bailar. El público se vino abajo jaleando al terremoto del Perchel. A pesar de los años, Pepito no ha perdido ni un ápice de elegancia, saber estar y flamencura. Fue una gozada ver bailando sobre el mismo escenario y al mismo tiempo al Pipa, La Cañeta, Cancanilla y el propio Pepito. El homenaje a este veterano del flamenco concluyó con la presentación formal de un futuro artista: el hijo de Antonio El Pipa que también se dio su pataíta. Colofón  genial a una noche inolvidable.

Algunas instantáneas del homenaje, gracias a Pepe Portillo por su colaboración, pueden encontrar más fotos del recital en su web pinchando aquí:


Carmen Ledesma al interactuando con el cante del Chato

El hijo del Pipa apuntando sus primeros bailes

El Pipa y La Cañeta ofrecieron momentos insuperables

José de la Tomasa cantándole a Pepito


Chaparro, La Cañeta y El Pipa ante la atenta mirada
de Pepito Vargas


Primer cuadro, Manuel de la Curra al cante
Segundo cuadro: Carmen Ledesma bailando al
cante de Mari Peña


Tercer cuadro con La Cañeta exponiendo todo su arte


Pepito derrochando elegancia

Pepito ovacionado por artistas y público



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