Por segundo año consecutivo el Festival de Cante Grande de
Casabermeja mantuvo el formato que reune a todos los artistas en el escenario en la segunda parte del espectáculo, y
que de alguna manera lo hace más llevadero. Los aficionaos están hartos de
infumables festivales de verano hasta las claras del día. En su 42 edición, el
evento contó con una representación artística de muy alto nivel a la que los
aproximadamente 600 espectadores que llenaron el polideportivo Antonio Sánchez
Fernández respondieron con el más absoluto de los respetos y grandes muestras
de afecto. El elenco estaba compuesto por Remedios Amaya, José Menese, Jesús
Méndez, Angelita Montoya y Francis Bonela al cante; El Remache y Pepa Montes al
baile y Juan Diego, Antonio Carrión, Manuel Valencia, Ricardo Miño y Antonio
Moya al toque.
En la primera parte, cada uno de los artistas gozó de protagonismo
sobre el escenario. El conductor del festival, Manuel Curao, fue presentando
con atino a cada uno de los flamencos antes de subir a las tablas.
Así pues, pasadas las 23:00 dio comienzo la velada con la
sonanta de Ricardo Miño por rondeñas, a la que le siguieron unas seguiriyas con
los cantes de Vicente Gelo y Sebastián Cruz. Cerró su intervención con unas
bulerías haciendo alarde de técnica y compás. A Ricardo le siguió Francis Bonela
escoltado por la sonanta utrerana de Antonio Moya y el compás del Yaya. Se puede calificar a Bonela
Hijo como el mejor representante actual de la escuela malagueñera, y así lo
certificó con sendos cantes de Chacón y La Trini rematados con cantes de Juan
Breva y fandango de Cayetano. Se despidió con los aires trianeros de la soleá
apolá.
Bonela hijo, Antonio Moya y el Yaya |
Era el turno de uno de los cantaores del momento, una fuerza
de la naturaleza, un portento dotado de afinación, eco, potencia, conocimiento
y juventud. Con estos ingredientes y aderezado con dosis de pellizco, el
jerezano Jesús Méndez, aúna todas las cualidades para convertirse en primera
figura. Inmejorable la compaña de su paisano Manuel Valencia. Comenzaron con
bulerías por soleá marca de la casa para enmarcar, deshojando estilos de Antonio
La Peña, La Moreno y Frijones. Sublime. En la seguiriya rayó al mismo nivel.
Desgarradora la guitarra de Manuel y desgarradores los cantes de Manuel Molina,
Paco La Luz, El Marrurro o la cabal del Loco Mateo. Ya tenía al público en el
bolsillo, y termino de camelárselos con unos fandangos, entonándose como lo
hiciera su tía Francisca recordó a otro grande, Chocolate, terminando a viva
voz y ovacionado por el publico.
Jesús Méndez y Manuel Valencia |
Con este buen sabor de boca Manuel Curao dio paso a la sevillana Angelita Montoya. La mujer hizo un esfuerzo por estar en el festival, ya que sus problemas de espaldas la obligaron a alquilar una furgoneta para poder venir tumbada. No pudo sentarse siquiera en la silla, pero supo transmitir todo su dolor a través de la soleá. Inmejorable compañero se buscó para acompañarla al toque, Antonio Carrión. Un binomio perfecto que se despidió del público a compás de bulerías entre lágrimas de dolor y satisfacción.
Angelita Montoya |
Del dolor a la gracia y el duende del trinitario Remache.
Artistas por los cuatro costaos, bailó y
cantó por bulerías con un gusto especial, como si lo hiciera por instinto.
Cuando El Remache se recoge se detiene el tiempo, la piel se eriza y las caras
de los aficionaos dibujan las más grandes de las sonrisas.
El Remache |
Nuevamente un giro estilístico que nos lleva de la gracia a
la seriedad del maestro de La Puebla. José Menese acompañado por Carrión cantó
con sabiduría y buena voz, pero anduvo frío, sin llegar al respetable. Recreó
guajiras, soleá, tientos y liviana con seguiriya.
José Menese y Antonio Carrión |
Turno para el baile de la sevillana Pepa Montes. Acompañado
por el cante de Vicente Gelo y Sebastián Cruz y el toque de su marido Ricardo
Miño bailo verdiales con serrana además de la caña y el polo de Tobalo. Pepa es
la elegancia y el porte personificado.
Pepa Montes y Ricardo Miño a la guitarra |
Curao dio paso a la reina de la fiesta, la sevillana
Remedios Amaya. La cantaora justifico de sobra este calificativo. Su voz
gitana, su compás y su buen momento artístico la ayudaron para hacer las
delicias del público. Su cante es electrificante, capaz de recorrer todo tu
cuerpo con un solo quejío. Salió por aires de levante acompañada por la bajañí
del jerezano Juan Diego, donde no dio lo que exigen estos cantes. Todo lo
contrario cuando nos lleva a su terreno, el terreno del compás. Espectacular
por jaleos extremeños y rozando la excelencia en los tangos con aires también
extremeños y portugueses, con los que puso el punto y aparte a este primer
tramo del festival.
Remedios Amaya y Juan Diego |
CAFÉ DE CHINITAS
Bajo este título tuvo lugar la segunda parte del festival,
que consistió en reunir a todo el plantel de artistas sobre el escenario,
rememorando aquellos antiguos espectáculos de los cafés cantantes. Una más que
acertada propuesta de Alfonso Queipo.
Todo el elenco sobre el escenario |
Abrieron por tonas Méndez y Menese. Continuó Bonela hijo con
abandolaos malagueños y lucentinos. Bulerías con acento malagueño del Remache a
las que siguieron otras con sones jerezanos de Jesús. Alegrías con gracia y
salero de Pepa. Y de nuevo aceleraron el ritmo para envolvernos con el compás
buleaero de Remedios que sobre las 4:00 puso el culmen a una de las noches más
flamencas del año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario