miércoles, 28 de mayo de 2014

Herederos de lo jondo


Buena casta la estos galgos. Cada vez quedan menos casas flamencas, y por ello es siempre un lujo poder escuchar y sentir la jondura procedente de artistas criados en un entorno flamenco natural. Además es bonito ver como los herederos de una gran pareja artística, forman ahora esa misma pareja encarnada en sus descendientes. De Canela de San Roque y Periquín a José Canela hijo y Manuel Jero.


De esta forma el Café Berlín se volvía a impregnar de flamencura para recibir a estos grandes artistas. El recital se enmarcaba dentro del Ciclo Gran Flamenco organizado por Gestión de Proyectos Culturales bajo el atinado asesoramiento de Carlos Martín ballester.

José Canela es un artista forjado en el flamenco más espontáneo. El flamenco vivido. Su forma existencial pertenece a esta cultura. Después hay que tener condiciones. Él las tiene para dar y tomar. Su voz es laina y con rajo; gitana. Su forma de entender el cante es la de llevar hasta el extremo cada tercio, la de romperse en cada subida. Su decir jondo está siempre en riesgo, y como suele ser habitual, si no arriesgas no ganas. Además de esto sus fuentes son profundas y cristalinas. Partiendo de su padre y pasando por Mairena, Juan Talega, Pastora, Camarón y todo lo que tenga duende.


El pasado viernes, ese susodicho riesgo se transformó en victoria. De menos a más, y con el flamenquísimo toque de Manuel fue abarcando estilos. Comenzó por alegrías, con un aire muy bonito, aunque aun se le veía nervioso. Algo que desaparecería con los cantes de levante, que fueron el punto de inflexión del recital. Un punto de inflexión que le llevó a brillar el resto del recital. En la soleá impartió magisterio, recorriendo estilos de Juaquín el de la Paula, La Andonda, La Serneta en varias de sus formas y cierre de nuevo por Alcalá. Para cerrar la primera parte del recital quiso dedicar unos preciosos tangos de Lole y Manuel a su compañero y gran cantaor Antonio Reyes que se encontraba entre los asistentes junto a su inseparable Antonio Higuero. Los llevó hasta tonos inhóspitos, pero sin perder la afinación.



Más cómodo que en la primera parte comenzó la segunda. Con extrema e inapelable jondura salió por seguiriyas. Su exhaustivo conocimiento y profundidad en este cante hacen de José uno de los cantaores más destacados en dicho estilo, si a ello sumamos un magistral acompañamiento el resultado es un gusto para los sentidos. Continuó por tientos rematados por tangos con aroma camaronero. También quiso acordarse de Enrique Morente por fandangos, que cerró con el difícil estilo de Macandé. Remató de la mejor forma posible una noche redonda, por bulerías también con claro sabor al de la isla, pero llevadas su terreno. Sin duda dejó un regusto entre los aficionaos que colmaron el Café Berlín.

AUDIO:

Fandangos de Morente y Macandé:





VIDEO:

 

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