miércoles, 4 de junio de 2014

Siempre fresco Pansequito


Si el viernes pasó por las tablas de la Sala García Lorca el poderío de Aurora Vargas, el sábado fue el turno de su marido, Pansequito, que logró colmatar dicha sala de la Fundación Casa Patas. No son muchas las ocasiones en las que se deja ver el cantaor portuense (aunque linense de naciemiento), por ello la expectación era máxima.


Panseco es un cantaor personal, que además reúne una serie de condiciones que hacen de su cante una obra musical difícilmente alcanzable. A pesar de sus 67 primaveras sigue teniendo unos pulmones privilegiados, una dicción impecable y una afinación precisa; algo que acompaña con un eco rozado y un compás innato. Hay un detalle que hace aun mejor a Pansequito, y es que sabe que es bueno, y esa confianza le reporta éxitos sobre el escenario.

Al igual que a su mujer, le acompañaron para la ocasión Manuel Valencia al toque y Chicharito y Rafa Junquera a las palmas. Un cuadro de categoría sin duda. Su cante es suyo, lleva su sello y eso es algo que está al alcance de muy pocos. En todos los estilos que abarcó dejó retazos de su forma cantaora. Desde las alegrías cargadas de sal, pasando por sus soleares, gaditanas también en su mayoría (Juan Ramírez, El Mellizo) hasta los tarantos con los que cerró su primera intervención. Estiró los tercios hasta límites inciertos y ligó el cante como si de un juvenil se tratara.



Profundas seguiriyas con las que empezó su segunda parte. Acompañadas por un inspiradísimo Manuel, elevó su eco a los altares del cielo para sentar cátedra. Para finalizar bulerías marca de la casa. Sonido propio, tercios interminables y compás exacto. Recuerdos para Alfonso de Gaspar y un bis por fandangos con aires de la Calzá para rematar un fin de semana muy flamenco en Casa Patas.


VÍDEO:





1 comentario:

  1. Pansequito y su mujer, Aurora Vargas, dos geniales artistas y además son vecinos nuestros en Gines.
    Una mágnifica entrada, enhorabuena.

    Saludos.

    Mari Carmen.

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