lunes, 8 de abril de 2013

Una buena excusa para ver al Rubio

Fotografía: Pepe Portillo


Parece obvio que lo de incluir a los “Rubios” en el ciclo Familias cantaoras de Málaga de la III Bienal de flamenco malagueña ha sido una buena excusa para poder disfrutar de su arte, ya que Antonio El Rubio nació en La Línea, y tuvo a la mayoría de sus hijos en Madrid, donde vivió gran parte de su vida. Su etapa como profesional fue muy escasa, pero dejó para la posteridad uno de los fandangos más bellos del acervo flamenco, de una personalidad fortísima, y de una jondura comparable a la seguiriya más cabal.

El Rubio acompañado por su nieto El Ingueta

Esta personalidad tan marcada, esta presente en toda su descendencia. Cuando escuchas esos sonidos, esa forma de sostener los tercios tan particular en cualquier cante, sabes sin duda que se trata de los Rubios. Estas formas tan propias pronto llamaron la atención de un joven Camarón, que hizo suyo el fandango de Antonio. En palabras de Ricardo Pachón, esta familia, con Antonio y Joaquín el Canastero a la cabeza, es la que más ha influenciado el cante del genio de la Isla.

Antonio El Rubio por fandangos personales (años 70):



El espectáculo se dividió en dos partes. En la primera de ellas cada uno de los familiares interpretó un par de cantes. Camarón de Pitita arrancó con una taranta que sirvió para abrir boca. Antonio El Ingueta, nieto del Rubio fue el primero de los cantaores en pisar las tablas. Salió por seguiriyas, donde estuvo muy discreto, no consiguió sacarla adelante. En los tientos y tangos mejoró algo, pero se equivocó al ligar ambos cantes. Era el turno de Luis el Rubio, hijo del patriarca, afincado en Alhaurín y probablemente el menos profesional de todos. Con ciertas limitaciones le ganó la batalla a la malagueña del Mellizo, para terminar hiriéndonos con unas soleares muy bien dichas, de lo mejorcito de la noche.

El Ingueta y Camarón de Pitita

Luis el Rubio


 La representación femenina de los Carmona corrió a cargo de La Chari, cuyas cualidades vocales no eran las mejores, pero fue de largo la que más transmitió. Interpretó tarantas, bulerías por soleá y alegrías. Miguel El Rubio fue el encargado de cerrar esta primera parte. Miguel es probablemente el único profesional entre los hijos de Antonio, y se notó a la hora de realizar esas bulerías por soleá y esas bulerías con el sello propio de su estirpe, aunque no transmitió como Chari o Luís.

La segunda parte también la abrió la sonanta, esta vez por bulería. Sin salirse del compás iniciado por Camarón de Pitita, fueron desgranando cantes todos los artistas. Aquí ya se encontraban como en casa. El Ingueta dejó claro que en los cantes por fiesta es donde brilla. La Charo volvió a emocionar con esa voz dulce a ratos y rota a veces. Para cerrar esta parte, la especialidad de la casa. Los fandangos. Si la personalidad cantaora de Antonio esta presente en todos los cantes, en los fandangos alcanza su apogeo máximo. En esta ocasión Luis estuvo espectacular, y con su eco rancio consiguió aportarle la dulzura necesaria a los fandangos familiares. Ingueta también consiguió arrancar los oles del público.

La Chari

Miguel El Rubio

Sin duda el momento más emotivo de la noche llegó cuando Tío Antonio El Rubio hizo acto de presencia en el escenario. Acompañado de su nieto El Ingueta a la guitarra, nos mató a todos con una serie de fandangos de una carga emocional desmedida. El cenit de una noche, donde cualquier excusa era buena para ver al Rubio.

La noche la cerró Conchi Heredia con unas pataítas por Buleria
al son del cante de los Rubios

Os dejo uno de los fandangos con los que me hirió Antonio:






Auditorio Edgar Neville. Familias Cantaoras de Málaga: Los Rubios. Al cante: Antonio el Rubio, Miguel el Rubio, Luis el Rubio, La Chari y Antonio el Ingueta. Guitarra: Camarón de Pitita. Baile: Conchi Heredia. Aforo: 3/4 de entrada



2 comentarios:

  1. Llegué a oírlo en persona en alguna reunión madrileña de los años setenta. Nunca tuvo muchas facultades, aunque sí algunas más que su maestro "El Tuerto". Uno y otro crearon músicas que Camarón, Juan el de la Vara o Porrinas ennoblecieron.

    ResponderEliminar
  2. A mí particularmente es de los fandanguilleros que más me llega. Camarón engrandeció su fandango musicalmente, pero me llega más el de Antonio (que me perdonen). Cada vez que lo escucho se me mete en la cabeza y no hay manera de quitarme esa melodía.

    Gracias por comentar. Un saludo.

    ResponderEliminar