Si el primer día del memorial Enrique Morente fue bueno, lo de ayer en el Teatro Circo Price fue
mágico, algo que sin duda quedará grabado recuerdo de los aficionaos. Quizás
las ganas, quizás la emoción, quizás la inspiración, quizás la improvisación, quizás el recuerdo, quizás el Gran Wyoming, quizás.
Todos los artistas que pasaron por el escenario lo hicieron
con un aura especial, con una inspiración súbita. Tal vez poseídos por la
energía de Enrique. Cuando el artista hace las cosas con el alma, con verdadera
sensibilidad, es capaz de transmitir su verdad al público, y esto es lo que
ocurrió ayer en el segundo día del memorial.
La emoción entre los artistas era tal, que incluso les costó
articular palabra, por ello se dedicaron a homenajear al maestro de la mejor forma
posible: poniendo todo su talento en al servicio de Morente y el público. Así
lo hizo el pianista Dorantes, el primero en
pisar el escenario para conmovernos con su piano. Vellos de punta cuando sus
dedos interpretaron Orobroy, una composición eterna por la que no pasa ni
pasará el tiempo.
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Dorantes |
Pitingo
acompañado por Juan Carmona también
estuvo a la altura, con su flamenco pitinguero pero dejando algunas pinceladas
de gran jondura, como un fandango por bulería espectacular o unas granaínas
bien dichas. Carmen Linares acompañada
por Salvador Gutierrez se sumó a la
fiesta y se acordó de Enrique en las formas. Ya era hora, porque Poveda fue el
único que hasta entonces lo había hecho. La Leyenda del Tiempo versión
morentiana, soleares y alegrías también con claro sabor al maestro fue el
repertorio que su amiga le dedicó.
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Pitingo |
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Carmen Linares |
Y el compás inundó el teatro. Sí, el gurú Diego Carrasco y sus hippytanos (Curro
Carrasco al toque, Ané a la percusión y Maloko y Mushogitano en los coros) pusieron
sabor, color, ritmo y alegría a la noche. Hizo un popurrí de sus canciones por
bulerías. El público se empezaba a calentar. Sin salir de Jerez, y mucho menos
de compás, Tomasito. El artista
polifacético le dio más color aun a la noche y se metió al público (y a mí) en
el bolsillo. Todo improvisado, todo con el corazón y con gitanería.
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Diego Carrasco |
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Tomasito |
De Jerez nos fuimos para Huelva. Argentina con la guitarra del Bolita
volvió a poner ortodoxia en el cante. De nuevo, la cantaora se acordó del ronco
en todos los cantes: tientos que terminaron en tangos de Morente, fandangos de
Huelva donde intercaló el personal de Enrique y cierre con María La Portuguesa por bulerías. Soberbio el tocaor.
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Argentina |
Nos quedamos en Huelva para recibir a un emocionado Arcángel acompañado por la justeza
tocaora de Miguel Ángel Cortés. La
emoción se transformó en inspiración, en momentos de gran pellizco. Lo cierto
es que todos tenemos un gusto, y por ello de alguna manera estamos sesgados
aunque no queramos. Yo tengo el mío, y Arcángel no entra dentro de mi abanico
de cantaores; pero cuando el onubense hace lo que hizo ayer sólo puedes
quitarte el sombrero y decir “¡ole!” a tiempo. La intensidad con la que abrió
su recital por soleá apolá fue toda una declaración de intenciones. Siguió por
seguiriyas cortas de Jerez (Paco La Luz, Tío José de Paula) y un cierre que ya
ni recuerdo, que no recuerdo porque el cantaor me hizo olvidar. El público
quería más, y los fandangos primeramente naturales pero con acompañamiento por
Huelva terminaron en dicha provincia y con todo el teatro puesto en pie para
ovacionar al onubense.
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Arcángel y Miguel Ángel Cortés |
La exaltación era máxima en el Price, pero la traca final
estaba por llegar. El salvajismo de Farruquito
acabo por quitar las “tapaeras del sentío” de los aficionaos. Con el cante de Arcángel,
las bulerías del heredero natural del más grande del baile supieron a gloria
bendita. Tiene la templanza de un viejo, y es que empezó muy joven.
Gitanalmente nos embrujó a todos con su baile improvisado y lleno de flamencura,
algo casi extinto hoy día. Su braceo, sus pies, su electricidad, su
autenticidad y su raza marcan actualmente. Se sumó a la fiesta Antonio Carbonell que también le canto
al bailaor. Cuando todo parecía concluido el joven maestro del baile anunció un
fin de fiesta con todos los artistas sobre el escenario: bailó La Globo y le
canto su marido Ángel Gabarre; le siguió Tomasito, que volvió a desatar la excitación
en el patio de butacas y se sumó Farruquito para despedir con compas y duende
una noche para el recuerdo. De nuevo: ¡va por ti Enrique!
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Farruquito |
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Fin de fiesta con todos los artistas sobre el escenario |
Video grabado por Miguel Ruíz
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