martes, 30 de octubre de 2012

Chacón cantando fandanguillos

  Prácticamente desde el principio del flamenco (vaya usted a saber...) siempre se ha hablado de lo puro frente a lo nuevo, de la decadencia del cante, de ceñirse a lo clásico. Ahí está el Planeta regañando al Fillo por salirse de las formas y cantar "broncano". Después vendría Silverio, quien llevaría el cante a los Cafés y Teatros; posteriormente Juan Breva, El Canario, La Trini...con las Malagueñas; la Ópera Flamenca...y así podríamos seguir hasta nuestros días.

  Esta entrada es un ejemplo de que hasta los mas "puros" en todas las épocas, tuvieron que tragarse su estética clásica, jonda, gitana o como se la quiera llamar, y salirse de su patrón a cambio de un buen puñado de reales, pesetas o euros. Desde Mojama, Torre, Vallejo pasando por Mairena, hasta los casos mas recientes.


  Antonio Chacón no iba a ser menos, y para poder ganar "jurdó" tuvo que ceñirse a las formas predominantes en cada época. Primero con las Malagueñas (y gracias demos) en los primeros años del siglo XX. Ahí quedan sus palabras en una entrevista para el Diario La Voz en 1922:



Antonio Chacón


La Voz (28/07/1922)


  Posteriormente, llegaría la denominada Opera Flamenca, donde se impuso el fandanguillo. Esto decía el maestro jerezano en una entrevista para la revista Nuevo Mundo en 1926 sobre este cante:


Revista Nuevo Mundo (13/08/1926)

  También supo Don Antonio adaptarse a las nuevas tendencias. Y esto hacía tres años antes en una fiesta celebrada en el Palacio de Medinaceli:

Diario La Época (14/071923)

   Es la única referencia que he encontrado de Chacón cantando fandanguillos. Pero seguramente no serían los únicos, ya que Antonio estuvo en numerosas fiestas privadas, y ahí amigo, es fácil ganar dinero sin esfuerzo y deslumbrar a los que no entienden.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Flamencos de Utrera...o mejor dicho de Sevilla

  Soy de la opinión de que los espectáculos flamencos no deberían de ser gratuitos, ya que perjudica a los aficionaos que siempre están ahí, en beneficio de los oportunistas que solo van a estos eventos cuando son de gorra. Por un simbólico precio llenas el recinto igualmente, y con verdaderos aficionaos. Ademas la organización dejó algo que desear, ya que en ninguno de los carteles oficiales del evento venía que había que reservar la entrada vía telefónica, la única información que había era que el espectáculo era gratuito y que las entradas se recogerían dos horas antes del evento.

  Como siempre, me acompañó la fortuna y gracias a una de las numerosas reservas que se hicieron en balde, pude asistir al evento. ¡Y que suerte la mía! Porque el elenco de artistas era de categoría, con Antonio Moya a la guitarra; Mari Peña, La Tana, y Juan José Amador al cante; y Carmen Ledesma al baile. El espectáculo pertenecía al ciclo Flamenco en Otoño organizado por la Diputación de Málaga, y llevaba por título Flamencos de Utrera, aunque había mas artistas sevillanos que utreranos.

  Se abría el telón, con todos los artistas sobre el escenario haciendo Bulerías por Soleá a compás, comenzó la Mari a la que le siguió la Tana y a ésta Juan José Amador, al que tenía muchas ganas de ver en directo. Todo este cante aderezado con el baile de una flamenca de categoría, la señora Carmen Ledesma. Desde que abrió la boca Mari Peña hasta el ultimo movimiento de Carmen mi bello se mantuvo erguido, electrificado por el arte y la energía que había sobre el escenario.

  Tientos con remate por Tangos fue lo que escogió Mari Peña para volver a emocionarme, su voz es fina como una aguja, y se te clava con la misma facilidad que lo hacen éstas. Acompañada por su marido, meció el cante lentamente, llevándolo a su forma de decir, a su manera.

Mari Peña y Antonio Moya

  Le tocaba a la Tana pasar por caja, y se despachó a gusto, o mejor dicho con gusto. Por Levante se fue, y lo hizo con ese rajo gitano que tiene en su garganta y en sus venas, ¡que metal de voz! Comenzó por Taranta recordando a Vallejo, y siguió con dos cantecitos del Cojo de Málaga por Taranta, lo que algunos llaman Levantica. Estuvo impecable en su interpretación demostrando ser una de las mejores voces por estos aires en la actualidad.

La Tana
  Llegó el momento mas ansiado para mí, ver actuar a Juan José Amador, y es que durante mucho tiempo se viene diciendo que es uno de los mejores cantaores de la actualidad. Con estas expectativas solo pude acrecentar más el chasco que me lleve al escucharlo. Lo cierto que en las Bulerías por Solea de inicio me gustó bastante, tiene un metal muy bonito y un gran compás. Pero la Seguiriya que nos brindó, eso sí, con la majestuosa guitarra de Antonio Moya, fue inocua para mis sentidos y para mi gusto. Salió con un cante de Tomas (Se te logró el gusto), continuó con un cante de los Puertos (Y a mi hermano mataron) y cerró  por cabal. Estas seguiriyas fueron dedicadas al gran maestro del baile malagueño Tío Carrete.

Juan José Amador

  A compás de Tangos todos los artistas volvieron a hacer presencia en el escenario, era el turno de la Tana de nuevo, que demostró ser una gran festera, acordándose de Pastora, Camarón, de Granada...El público lo agradeció con un caluroso aplauso.

  El protagonismo ahora se centraba en la bailaora Carmen Ledesma, que con el cante por Soleá de Juan José hizo las delicias de los buenos aficionaos. Ser Flamenco no es algo que se elija, ni que se compre en el mercadillo, es algo mas complicado, se nace o no se nace. Cierto es, que a diferencia del cante, que, o naces sabiendo cantar, o la llevas clara, en el baile y la guitarra se puede llegar a aprender la técnica y ser un gran profesional, pero al fin y al cabo si no naces Flamenco no trasmites igual. Por desgracia para mi, escasean bailaores que me transmitan, pero por suerte no era el caso de Carmen, que posiblemente sea la que más me ha emocionado de cuantos bailaores he visto. Lo que empezó por Soleá acabó por Bulerías y con un gran aplauso del público.

Carmen Ledesma
  Por fin viajamos a Utrera, donde nos trasportó Mari Peña haciendo las Cantiñas de su tío bisabuelo Pinini, siempre con su forma personal de hacer los cantes. Esto unido al gran gusto de Antonio en el acompañamiento hicieron de este cante uno de los mejores momentos de la velada flamenca.

  Como suele ser costumbre, para cerrar esta actuación todos los artistas interpretaron unas Bulerias. Los duendes hicieron acto de presencia en el escenario con el cante de la Tana y el baile de Carmen, de los mejores momentos de la noche sin duda. Igual pasó con el cante de Mari, que aparte de los aires de Utrera-Lebrija hizo unas cuplés pa comérsela. Carmen fue la protagonista final de toda esta amalgama de arte que había sobre el escenario, y al término el público no pudo hacer mas que levantarse y ovacionar a los artistas con un largo aplauso. Una noche para el recuerdo con estos Flamencos de.....Sevilla.

lunes, 22 de octubre de 2012

Astronomía Flamenca en el Picasso


  Por fin el ciclo Flamenco en el Picasso ofrecía un espectáculo de categoría, Canbagui: Satélites Flamencos era el titulo del mismo. Canbagui no es más que el acrónimo de cante, baile y guitarra, es decir los tres pilares del Flamenco encarnados en los artistas José Valencia, Ramón Martínez y Juan Requena.

  Propusieron algo distinto, con una puesta en escena diferente, dos cajones iluminados con lunares de colores indicaban el protagonismo de cada satélite en cada momento. No soy del gusto de este tipo de propuestas, pero he de decir que personalmente me sorprendió.

Los tres satélites en el escenario.

  El primer satélite en ponerse en órbita fue el del cante, y más que un satélite pareció una estrella, porque todo orbitaba alrededor de él. José Valencia estuvo como se esperaba, con fuerza y con un gran sentido del compás. Comenzó por Verdiales en homenaje a la tierra que pisaba, le acompañó Ramón con las castañuelas y Juan con la sonanta. Para no desmerecer, continuó con el Fandango-Granaína del Cojo de Málaga Rubia la mujer primera, y lo hizo sin acompañamiento. Continuó con las palmas de sus compañeros a compás de bulerías por Romances, recordando a Antonio Mairena, simplemente sublime. Era la hora de los soníos negros, cantaor y guitarra en el escenario, silencio sepulcral, José se quejaba por seguiriyas con una fuerza que en pocos cantaores he visto, estuvo genial, aunque no llego a erizarme la piel. Me quedo con el cante corto de Tío José de Paula y el cante de cierre.

  Seguiriya de Tio José de Paula:


  Los cajones iluminados se situaban en el centro del escenario, esta vez se ponía en orbita el baile. Siendo honestos, me cuesta mucho valorar un espectáculo de baile, por mi desconocimiento. Pero se lo que me gusta y lo que no, y particularmente la forma de Ramón Martínez no es la que a mi me pellizca. Por otro lado y para ser justos, su técnica es exquisita, su velocidad de vértigo y su compás clavado. Además, el público estaba muy entregado para con él, jaleando sus desplantes y disfrutando verdaderamente con su baile. Yo particularmente le compraba las bulerías por solea donde estuvo mu flamenco.

  Ahora las cajas iluminadas se situaban al a derecha del escenario para dar paso al último satélite: la guitarra en la persona de Juan Requena. Empezó su viaje por levante, y demostrando una gran técnica interpretó una Taranta, que sonó limpia de verdad, algo que aprecio mucho a la hora de tocar la bajañí. El público supo agradecerlo con un fuerte aplauso. Prosiguió Juan con la colaboración de Joselito por Bulerías, mostrándonos también su dominio del compás.

  Taranta de Juan Requena:


  Para finalizar, el protagonismo fue a parar a los tres satélites juntos, que ataviados con un buen puñado de pañuelos y con mucha guasa arrancaron a compás de cantiñas, en las que José se acordó de Tío Pinini, y Ramón bailó con mas gusto (para el mío) de lo que lo había hecho anteriormente. El ritmo se aceleró hasta llegar a compás de bulería, donde con un cuplecito de José, acompañado por el baile de Ramón y la guitarra de Juan cerraron una bonita noche de Astronomía Flamenca.


viernes, 12 de octubre de 2012

Jabegote, ¿Un cante Andaluz?

  Siempre ha existido un eterno debate sobre este cante, al que en Granada conocen como Fandango de Paco el del Gas. Desde fuera de Málaga, siempre se ha acusado a los estudiosos malagueños de falta de pruebas documentales, ya que, la primera vez que se usa este término para referirse a un cante Flamenco, es en una grabación de Cándido de Málaga (1966). Al perecer antiguamente era conocido como Cante de los Marengos, y buenos interpretes de éstos según la tradición oral fueron: La Brigida, La Chilanga, Joaquina Payans...pero yo jamás he leído un documento donde dijese que este cante estaba entre su repertorio.


Jabegotes tirando del Copo

 Hablando con aficionaos, y con algún cantaor, parece claro que este era un cante que se hacía en Málaga. Hay numerosos testimonios que afirman que El Niño de las Moras (que fue jabegote) lo aprendió en su juventud, y fue quien se lo trasmitió a Cándido y Antonio de Canillas. Pero insisto, faltaba quizás, una referencia de estos cantes, tanto en prensa, como en bibliografía.


El Niño de las Moras



Carlos Dembowsky, viajero romántico que estuvo por España entre 1838 y 1840, relató en su libro Dos años por España, una fiesta en las playas de Málaga, en la que los moradores de la misma, cantaban playeras. La descripción es la siguiente:

Uno de ellos acompañaba rasgueando la guitarra, la copla de la playera, canción de la que son apasionados los habitantes de la playa, que hombres y mujeres cantaban alternativamente marcando el compás con el chocar de las manos, lo que se llamaba el palmoteo….se bailaba por parejas”

También afirmó haber escuchado cantar a gitanos de Puerta Tierra “Playeras de Málaga”.

Ante esta descripción, cada uno puede hacerse una idea acerca de lo que cantaban, o de la música que hacían. Mi interpretación, es que lo que cantaban y bailaban, era algún tipo de fandango (¿desligado del Verdial?).

Personalmente, no me gusta entrar en este tipo de discusiones, pero siempre me he decantado por pensar (en esto cada uno es libre de hacerlo como quiera) que se trataba de un cante malagueño. Mis dudas empezaron a surgir cuando entreviste a varios pescadores de Pedregalejos y el Palo, quienes a pesar de ser, de los mas viejos del lugar, no tenían constancia alguna de que entre sus ancestros marengos, existiera este tipo de cantes. Traslade dichas dudas a los estudiosos defensores del Jabegote, que con coherencia me expusieron algunas de las hipótesis de porqué no se transmitieron estos cantos a las generaciones sucesivas. En definitiva, no saqué nada en claro.

Lo que es innegable, es que este cante, se llame como se llame, tiene personalidad propia, que lo diferencia del resto de abandolaos.

Quiso la suerte que hace unos días, revisando prensa histórica, me encontrara con la que pudiera ser la primera referencia del Jabegote como un canto andaluz o flamenco. Aquí le dejo el artículo en cuestión:



Recorte del Diario Avisos (1909)




El artículo es de 1909, y el autor considera iguales la Playera y el Jabegote, o bien que los jabegotes cantaran playeras. No deja de ser curioso, cuando también se ha demostrado que con el término Playera se ha denominado a la Seguiriya.

Parece que sí debió existir un cante llamado propio de los jabegotes, que pasaría al repertorio flamenco, aunque no llega a aclarar si es oriundo de Málaga, deja claro que es de procedencia andaluza. Tampoco sabremos si sonaba igual que al que actualmente conocemos con tal nombre, pero yo me aventuro a pensar que si.

Les dejo cob uno de los primeros registros sonoros del Cante de Jabegotes que se conoce, lo grabó Juanito Varea en 1952. Curiosamente está titulado como Fandangos Nuevos.

 Es el ultimo de los tres cantes que hace:


jueves, 27 de septiembre de 2012

Una tarde con duende

  Tenía la fecha de ayer apuntada en mi calendario, y es que, actuaba Paqui Ríos, una de mis predilecciones. El espectáculo era gratuito, pero en la mañana del mismo, me enteré que había que recoger invitaciones. Obviamente cuando llegué a la Sala Cajamar no quedaban entradas, pero quiso la suerte que me encontrara con una simpática señora que me regaló la que sobraba.

  Siempre que voy a una actuación de Paqui, lo hago con la incertidumbre de, ¿como se habrá levantado ese día? Porque es de esas cantaoras de inspiración, de momentos, de estados de animo. Para empezar, era la hora de inicio del evento, y ella aun andaba buscando el recinto, miedo me daba…

  Por fin apareció, acompañado por la joven guitarra de Rubén Lara. Comenzó por malagueñas, secundada por una magnifica guitarra, hizo primero la de Baldomero Pacheco, para luego acordarse de Chacón, o mejor dicho no acordarse, porque se quedo en el primer tercio, pero Rubén le volvió a dar la introducción a la malagueña para esta vez sí, ponerme los pelos de punta. Remató las malagueñas con un Zángano de Puente Genil.

  Algún vecino de butaca se temía que podía ser una mala tarde de Paqui, pero pronto disipó esa duda a compás de Bulerías por Soleá, donde estuvieron grandiosos ambos artistas, fue para mi uno de los mejores momentos de la actuación, Paqui estuvo pasá de compás, de arte y de jerezanía. Especialmente me quedo con un cantecito de Frijones.

  Aunque la sala era poco propicia para el cante, por su fisonomía y por la cantidad de luz que había, poco le importó a Paqui a la hora de oscurecer todo el recinto con su Seguiriya. Hizo dos cantes del Loco Mateo y cerro con el cante de Juanichi el Manijero.

Paqui Ríos
  Volvía a los cantes de compás y lo hacía con Tientos y Tangos, en los que recordó y mucho a la Niña de los Peines. Estos cantes fueron de los más agradecidos por el público.

  A Granada se fue esta vez Paqui, y creo que nunca la había escuchado por estos cantes. Estuvo distinta, sacando un registro de voz que no conocía en ella, laino y dulce. Llevo los cantes con gusto, pero el que se salio fue Rubén, que estuvo pa rabiá.

  Por Bulerías quisieron cerrar la tarde de cante, y nos deleitaron con una larga tanda donde Paqui es capaz de meter hasta el Quijote si se presta. Jerez, Lebrija, Cuples, Colombianas, Fandangos, todo esto cabe en sus bulerías, y porque no le dio por meter Tarantos y Malagueñas…El publico la ovacionó al término de su cante, y pidió más, a lo que esta gran cantaora no pudo resistirse, y cerro su actuación con unos Fandangos de Palanca con su sello personal, como todo lo que hace.

Ahí dejo unas Malagueñas de Paqui y Rubén en una de sus actuaciones en la Peña Juan Breva.





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martes, 25 de septiembre de 2012

Ajoblanco con Canela


 Una vez mas, el Flamenco hacía acto de presencia en Almachar, un pueblecito enclavado en plena ruta de la pasa de la Axarquía malagueña. Este pueblo puede presumir de ser uno de los más aficionados a éste arte, y siempre que pueden, organizan eventos de categoría, como hicieron en la noche de ayer. Celebraban su tradicional Fiesta del Ajoblanco y no podía faltar el cante, toque y baile.

  Abría la noche Manuel Martin, un aficionado de Almachar afincado en Bilbao, acompañado por la guitarra de José Cuevas. A pesar de no ser profesionales, brindaron una buena actuación. Comenzó Manuel con su voz rasgada por tangos, donde estuvo discreto, continuó con Malagueña de Chacón rematada con un cantecito de Frasquito Hierbabuena que consiguió erizarme la piel. Por Fandangos siguió, acordándose del Chocolate y Manuel Torre, y el público supo agradecerlo con aplausos y jaleos. La siempre áspera siguiriya apareció en el escenario, pero yo no conseguí digerirla. Y para terminar y a petición de alguien del público cantó unos Fandangos de Huelva en los que estuvo más que correcto.

  Llegó el momento mas esperado para mí, y es que se subía al escenario Alejandro Segovia Camacho más conocido como Canela de San Roque, gran cantaor, infravalorado en mi opinión, seguidor de la línea estilística de Antonio Mairena y del Campo de Gibraltar. Acompañado por la sonanta de Víctor Rosas, no pudo comenzar mejor su actuación, por Soleá, donde estuvo desgarrador, hiriente y alcanzando registros muy difíciles. Sin duda fue el mejor momento de la noche, recordó mucho al de los Alcores e hizo un recorrido soleaero muy interesante (Andonda, Juaniquí…) que fue respondido por el publico con un gran aplauso. “¿Cantamos por fandangos o por siguiriyas?” Preguntó a los aficionaos, y entre éstos  había disparidad de opiniones, a lo que el Canela respondió “vi a canta por fandangos y después por siguiriyas”. Se me hace raro que el segundo cante que se haga en un espectáculo sea por fandangos, incluso no me suele gustar, pero sencillamente volvió a brillar, y es que este cantaor le pone todo lo que hace falta para ejecutar a la perfección un cante: una voz potente, que modula como nadie en los bajos y en los altos, y sobre todo, ese sentimiento que se transmite al aficionao, sí, eso que llaman pellizco. Si a todo eso le unimos el magnifico acompañamiento de Víctor y el legado que le dejó el Chato Méndez y Antonio el de la Calzá el resultado son unos fandangos de categoría. En tercer lugar hizo un cantecito por Tarantos, demostrando su sapiencia en los Cantes de Levante. Como lo prometido era deuda, era el turno para la seguiriya, y quiso el de San Roque dedicarla a Ramón Soler, estudioso de lo Jondo, y Alfonso Queipo de Llano, otro gran aficionao. En esta ocasión si se percibieron esos ecos negros que deja este cante, como los posos del café mas denso. Estuvo sublime, hiriente, serio y correcto, la bajañí lloraba con el cante del Canela, y es que el dialogo entre cantaor y guitarra era fluido alcanzando su cenit en la siguiriya de cambio con la que cerró este cante. Volvía el compás al escenario, y ya no se iría, esta vez en Bulerías por Soleá, como si hubiera nacido en el mismísimo barrio de Santiago, dio una autentica lección en este menester, haciendo un repaso por las diferentes formas de este cante (Gloria, La Moreno, Mojama..). Como era de esperar, para cerrar su actuación interpreto unas geniales bulerías, en las que estuvo sembrao, y como a lo largo de toda la noche, demostró conocer todos los recovecos de este cante (Cadiz, Jerez, Lebrija, cuplés). Un broche de oro para terminar su flamenquísima actuación.

  Para cerrar esta gran noche flamenca, era el turno del baile en la persona de Luisa Palicio. Cabe decir que soy un completo ignorante en lo concerniente al baile. Ya había visto actuar a esta Esteponera, y personalmente me encantó. No ocurrió así en esta ocasión. Iba acompañada por el cante de Jesús Corbacho y el toque de Pedro Sánchez. Comenzó Luisa por Malagueñas. Sinceramente, creo que jamás había visto bailar una Malagueña, y para ser sincero no me gusto en absoluto, y no por su técnica, que era bastante depurada, sino porque lo que estaba viendo bailar no me parecía en absoluto flamenco. El fin de esta Malagueña, dio paso a los cantes abandolaos, donde Luisa se retiró y Jesús fue el protagonista. Desde luego me defraudó bastante este cantaor, cuya obsesión permanente era alargar los tercios hasta la extenuación, ¿en un alarde de flamenquería quizás?, desde luego para mi no. Hizo lo que quiso con los abandolaos, cantó la letra de un Jabegote, pero que alguien me explique que cante era ese, porque un Jabegote ya te digo yo que no. Para algunos, quizás sea la forma de evolucionar los cantes, de darles su personalidad, y no dudo que a muchos les guste. Continuó Luisa con la Seguiriya, donde ni el cantaor ni ella me transmitieron absolutamente nada, y ante esta situación y mi acuciante hambre, espere a que terminaran este baile, y me marché sin terminar de ver su espectáculo. Tiene lugar decir que el que si me sorprendió fue el guitarrista Pedro, al que le sonaba el instrumento limpio como una patena, además demostró tener gran dominio del compas.

  Para despedirme, me gustaría dar las gracias al pueblo de Almachar por su hospitalidad, su comida, su gente y sobre todo su apuesta por el Flamenco, y buena culpa de esto ultimo lo tiene su peña flamenca “Amigos del Flamenco de Almachar”.

  Hasta el año que viene.