El viernes 18 de octubre en la Sala Clamores y dentro del
ciclo Flamenco a Chorro se presentaba por primera vez en este templo del Jazz Luis El Zambo, cantaor de culto, de hondas raíces y de una pureza fiel a su herencia
flamenca. Vino acompañado por una de las mejores sonantas jerezanas en este
menester, Fernando Moreno.
Luis y Fernando en Clamores |
Es un auténtico orgullo para los flamencos el hecho de ver como otro tipo de escenarios ajenos a este arte empiezan a introducir cante jondo en su programación. Bien es cierto que Clamores viene haciéndolo desde hace algún tiempo, pero dada la buena acogida, su frecuencia aumenta paulatinamente.
Con todo preparado para la ocasión, pasadas las 22:30 de la
noche dio comienzo el recital de Luis, que se entregó por entero al público que
llenaba la sala. Los cantes de la casa para empezar, bulerías por soleá.
Magistral, aunque aun empezaba a calentar la voz. La malagueña del Mellizo le
ayudó a terminar de entonarse. Ya con la voz redonda cantó por fandangos
sentenciando en cada tercio y finiquitó la primera parte de su actuación con
unas jerezanísimas bulerías. Dejó su eco impregnado en las paredes de la sala,
y al los aficionaos con el caramelo en los labios y con irrefrenables ganas de volver a escucharlo.
Tras el descanso oportuno, ofreció una segunda parte a la
altura de muy pocos, y no sólo él, ya que Fernando sentó catedrá derrochando flamencura en su
acompañamiento.
Fernando Moreno |
Abrió esta segunda parte por martinetes, toda una declaración
de intenciones. Su exhaustiva pureza en los cantes, y su innato instinto
propiciaron momentos de auténtico pellizco, especialmente en los cantes de Tío
José por seguiriyas. Te coge o no te coge, y tanto a él como a Fernando les
cogió en ese instante…hablamos del duende claro. Pero antes de la seguiriya
desgranó estilos por soleá: desde Alcalá pasando por Lebrija y Utrera para
sentar cátedra con los cantes familiares de Juanichi El Manijero y Frijones.
Luis El Zambo |
Luís se mostró en todo momento cercano y hablador con su público,
incluso no dudó en acercar el flamenco a quienes escuchaban: “hay que escuchar
las grabaciones de hace 50 u 80 años para entender mi forma de cantar”. Y siguió
a lo suyo, a lo que mejor sabe hacer: “voy a cantar otras bulerías, de Jerez
también, pero otros estilos”. Efectivamente, volvió a cantar por bulerías mejor
incluso de lo que lo había hecho anteriormente, y es que claro, la bulería
corta de Jerez es una de sus especialidades. Para ir poniendo el punto final a
su actuación cantó por tangos, imprimiendo su personalidad en cada copla. La
afición le brindó una sonora ovación que no cesó hasta que Luis y Fernando
volvieron al escenario para hacer un bis de despedida. Fandangos caracoleros para
sellar con su eco de voz una noche grande en la Sala Clamores.
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