Cancanilla volvió
a corroborar como ya hicieran Antonio Reyes y Guadiana que el Ciclo de Gran Flamenco del Café Berlín está teniendo una grata
acogida entre la afición madrileña. Esta iniciativa llevada a cabo por la empresa Gestión de Proyectos Culturales con el asesoramiento de Carlos Martín Ballester sigue por buen camino. Desde aquí espero que no cesen en su empeño de seguir acercando el flamenco a salas donde no suele ser habitual.
El cantaor malagueño ofreció un recital de los que hacen disfrutar a las piedras. Se cameló a un respetable poco habitual a las citas flamencas con su cante y su gracia desde el primer minuto.
El cantaor malagueño ofreció un recital de los que hacen disfrutar a las piedras. Se cameló a un respetable poco habitual a las citas flamencas con su cante y su gracia desde el primer minuto.
Cancanilla de Málaga |
Sebastián es de esos cantaores “reondos”, como a mí me gusta llamarlos. Esto quiere decir que siempre rinden a un nivel altísimo, tienen un amplio repertorio y son generosos con su arte. Además de esto Cancanilla posee un eco privilegiado y un conocimiento exhaustivo. Con estas premisas dio comienzo el recital, en el que el cantaor estuvo acompañado por el maestro de la sonanta Juan Antonio Muñoz, discípulo de Melchor de Marchena y para quien el toque de acompañamiento no tiene secretos.
Cancanilla, Juan Antonio Muñoz y la hija del cantaor Soraya |
Juan Antonio Muñoz disfrutando del cante y el baile de Cancanilla |
Cancanilla cantó por derecho, como siempre, y fue de admirar
como su cante caló en un público no habituado a los sones jondos. Creo que el
marbellí hoy por hoy es de los mejores cantaores del momento, algo que se
traduce en trabajo y éxitos. Sebastián bebe de grandes fuentes flamencas. Si
perfuma de aires jerezanos las bulerías por soleá, cambia de registro para
recordar a Camarón por tientos y tangos. En la seguiriya como no podía ser de
otra forma absorbe la sabiduría mairenera deshojando estilos y formas como
hiciera el maestro de los alcores. Sin dejar de impregnarse de la savia del
maestro Antonio Mairena, se reinventa por soleá con el majestuoso acompañamiento
de Juan Antonio. Interminable la cantidad de estilos que aborda Cancanilla:
Joaquín el de la Paula, Frijones, Andonda, Machango o Paquirri El Guanter.
Magisterio soleaero.
-Cancanilla y Juan Antonio Muñoz por soleá en el Café Berlín:
Siguió poniendo la sal y la gracia por alegrías, la solemnidad por
malagueñas de Don Antonio Chacón y El Mellizo, la flamencura en los fandangos
caracoleros y de sello propio y el compás en un fin de fiesta memorable, donde
Sebastián es capaz de meter tarantas o fandangos de Huelva sin salir de la
cuadratura del ritmo buleaero. Bailó con y sin taconear, jugó con el tiempo y logró
hacerse por completo con un público entregado al cantaor. El respetable quería
más, y Cancanilla les mostró los entresijos primitivos de la liviana, la
serrana y el cambio de María Borrico. Creo que los asistentes al recital hubieran
querido que siguiera por bulerías, pero para mí el bis de Sebastián fue
supremo.
Clásica pataíta de Cancanilla |
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