Soy de los que piensa que el cante flamenco está por encima
de lo musical, de la técnica vocal y de las filigranas. ¿Qué nos diferenciaría
si no de otros géneros? No quiero con este comentario por tierra a
aquellos artistas que tienen una garganta privilegiada, sino más bien ensalzar a aquellos que sin tenerla consiguen arañarte el corazón con su
cante. De esta forma fue como Antonio
Agujetas me atravesó el alma el pasado jueves en el Círculo Flamenco de Madrid situado en el tablao Las Tablas.
No todos los aficionados están preparados para escuchar un
cante tan sumamente crudo y sin artificios. Cante que nace de las entrañas.
Antonio pone la vida en ello pues es lo único que sabe hacer. Su eco es
agujetero puro, inconfundible e hiriente. Te puede gustar o no, pero jamás te
deja indiferente.
Antonio estuvo acompañado por la guitarra de su primo Domingo Rubichi, sin duda uno de los
grandes tocaores jerezanos de la actualidad. Domingo supo guiar el cante siempre
anárquico de Antonio, y dotarlo de un gusto exquisito. La admiración entre
estos artistas es mutua, lo que propicia momentos de autentica gloria para los
aficionaos.
Domingo Rubichi |
Cabe resaltar que no todos los socios que acudieron al
recital tuvieron las mismas impresiones, como he dicho, a algunos nos destrozo
el alma mientras que a otros les aguó la noche, por suerte los menos. En mi
opinión, la programación del CFM es de una calidad y una variedad estilística
difícilmente superable, y si no son ellos quienes apuesten por este tipo de cantaores
aunque sea en puntuales ocasiones ¿quién
lo va a hacer?
La presentación corrió a cargo de José Gálvez, que describió de forma muy atinada a Antonio Agujetas y a Domingo Rubichi, para terminar dándoles paso. Antonio, al que le costó subirse al escenario, no tuvo
tantos problemas para entonarse por soleá y empezar a remover las entrañas de
los aficionaos. Estilos de Alcalá, Andonda y Juaniquí pasados por el áspero
tamiz agujetero. Domingo fue su faro en todo momento. Él le dio el camino para
seguir por malagueñas de Manuel Torre, recordando al Viejo Agujetas luchó en
cada tercio con el corazón en la mano.
En su pelea constante con el cante tiró del repertorio
fandanguero de la casa, con estilos acuñados en esta saga a partir de otros
como el de Cepero, Corruco o El Rubio. Los "oles" y los jaleos se entremezclaban
entre la oscuridad cantaora de Antonio.
Un buen aficionado gaditano me definió el cante de Antonio
Agujetas como “lamentos de cementerio”, y lo cierto es que hay mucho de fúnebre
en su forma de decir. Durante sus seguiriyas se podía sentir en el aire su
hálito sacramental, su lucha con el cante y con el más allá. Cada uno de los lamentos con los que Antonio de deshizo por martinetes quemaban como recién salidos de fragua. Sin forma, sin
ornamentación, casi indegerible y de una crudeza inusitada, así suenan estos añejos
cantes en la voz del jerezano.
Seguiriyas (Tío José de Paula, Manuel Torre, Francisco La Perla, Paco La Luz y cierre por cabal):
También canto a compás, al que marcaba Domingo claro. Bulerías
pa escuchar de Jerez y un final por bulerías dieron el cierre a un recital para
el recuerdo de muchos y olvido de pocos. Como dijo el mismo Antonio: algunos creían que estaba muerto, y se
equivocaron.
VÍDEO Y AUDIO:
Seguiriyas (Tío José de Paula, Manuel Torre, Francisco La Perla, Paco La Luz y cierre por cabal):
Martinetes:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSólo aclarar que el comentario de Andrés Raya fue eliminado por él mismo. Lo aclaro porque algunos ya me han comentado que si yo lo había eliminado. En este blog no se censura nada, excepto el insulto y las faltas de respeto claro está.
Eliminar