Gracias a mi amigo David Pérez, encargado de la ClamoresTV, me enteré que la pasada noche del sábado Miguel Flores Quirós, "El Capullo de Jerez", actuaba en la Sala Clamores dentro del ciclo Flamenco a Chorro. Teniendo en cuenta que la sala me pilla a tiro de piedra, y que tenía ganas de fotografiar, acepte la invitación de David y allí me presenté.
He visto en numerosas ocasiones al Capullo, pero nunca deja de sorprenderme la legión de aférrimos seguidores que arrastra. Sus conciertos son una auténtica locura. El público grita, se echa las manos a la cabeza, levanta las manos y corean sus canciones al unísono. Es algo que he visto en muy pocas ocasiones dentro del flamenco. Además, en mi opinión, tiene un mérito especial, y es que El Capullo lo consigue sin adulterar el cante, cantando lo que siempre ha cantado. Sus bulerías y sus tangos son himnos entre su gente. A esto hay que sumarle que aporta personalidad a los diferentes estilos: melodías y letras propias sellan cada cante que aborda.
Lo del sábado en Clamores fue así, no cabía un alfiler, la gente se hacinaba para poder ver a Miguel con la guitarra precisa y gitana de Domingo Rubichi. Bulerías por soleá, fandangos del Bizco Amate, tangos, bulerías, más tangos, más bulerías...Y así para salir casi a hombros de la sala. Como aficionao siempre me quedo con las ganas de escucharlo sin tanta orquestina, el cajón introduce un ruido horroroso que lo absorbe todo y no permite saborear el eco de Miguel como me gustaría.
Las luces no me acompañaron mucho, pero ahí os dejo algunas fotos del recital y el documental que realizó David sobre el Capullo hace un año:
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