Ayer dio comienzo el ciclo Flamencos por derecho en
la Fundación Casa Patas, un ciclo
con el que los aficionaos más cabales empiezan a frotarse las manos al ver la
pléyade de grandes artistas programados, pero especialmente es el contexto y el
formato donde se enmarca el que lo hace especial.
El encargado de abrir esta serie de recitales de flamenco a
pelo (sin megafonía) fue el jerezano Jesús
Méndez, que estuvo acompañado por la enduendada guitarra de Manuel Valencia. Hablamos sin duda de
una de las parejas mágicas del flamenco actual. Ambos estuvieron acompasados
por otra pareja jerezana de categoría: Chicharito
y el Macano.
Jesús Méndez, Manuel Valencia, Chicharito y el Macano |
La velada discurrió por los cauces del flamenco más cabal. El
poderío de Jesús y el aire de Manuel inundaron la Sala García Lorca de soníos negros que dijera este poeta. La
satisfacción de los presentes antes, durante y después fue plena. El lleno
absoluto.
Una de las cosas que me rondaba por la cabeza antes de
presenciar el recital de Jesús era si éste sería capaz de ofrecer algo distinto
a lo que le había podido ver en este último año, y sorprendentemente lo
consiguió. Letras, estilos y hasta cantes que no le había escuchado
anteriormente hicieron alimentar mi sed jonda.
Comenzó a compás de alegrías
dichas con gusto y perfumadas de gaditanía que desembocaron en sones utreranos
con las cantiñas del Pinini para volver a Cai por romeras. Buena forma de
homenajear a la recientemente desaparecida Mariana Cornejo.
Jesús acompañado por Manuel |
Lo que se dejó entrever ya comenzado el cante, es que la
sala absorbía el sonido en demasía, Jesús tenía que forzar desde el principio y
la guitarra de Manuel estaba prácticamente sorda a pesar de su buena pulsación.
Es quizás el único pero que se le puede poner al recital. Techos de madera,
cortinas y casi 100 personas en apenas 100 metros cuadrados
se comían el sonido, dejando la sala prácticamente sin reverb. La fuerza de
Jesús pudo con este handicap, pero veremos a ver como se desenvuelven otros
cantaores con distintas características vocales.
Jesús y Chicharito |
Ya en vereda y dispuestos a llevarnos hasta la cumbre de su
arte, salió por soleá. A decir
verdad llevaba tiempo queriendo escuchar a Jesús por ahí, y estuvo supremo.
Hiriendo en los tercios altos, dominando los tiempos y los silencios y
demostrando conocimiento en cada estilo, consiguió pellizcarme por instantes.
Enrique El Mellizo, La Serneta, Manolito de María, Joaquín de la Paula, Andonda
y cierre del Mellizo fueron las cartas de
una baraja soleaera que Jesús manejó como el mejor croupier del cante
jondo.
Cuando se antoja dificil superarse es cuando decide convocar
a los duendes en torno a su seguiriya.
Explosión de flamencura. Cuando García Loca escribió aquello sobre este cante
debió referirse a algo parecido a lo que Jesús nos mostró en la sala que lleva
su nombre. Impresionante la salida con el cante en desuso de Fríjones. Cenit
artístico con el estilo del Marrurro, del que hace una apoteosis cantaora.
Estilo portuense del Loco Mateo con matices personales en los primeros tercios
que desembocaron en aquel cierre de Curro Durse popularizado por Manuel Torre.
Excepcional Jesús.
Jesús Méndez entregándose |
Jesús Méndez y Manuel Valencia por seguiriyas:
De aquí al final no se bajó del tren, el tren del buen hacer
y de la entrega absoluta. Fandangos
con salida de la casa “ali ali andaaa” para meterse en la piel de su admirado
Chocolate, del Pinto, del Gloria y volver a cerrar por Chocolate.
El fin de fiesta no pudo ser más jerezano, por bulerías. Compás, fuerza y gusto para el delirio de los aficionaos que allí se
congregaron. Pataíta del Macano y del Chícharo y punto y seguido a este ciclo
que promete grandes satisfacciones.
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