sábado, 9 de noviembre de 2013

Jesús Méndez deja el listón muy alto en Casa Patas


Ayer dio comienzo el ciclo Flamencos por derecho en la Fundación Casa Patas, un ciclo con el que los aficionaos más cabales empiezan a frotarse las manos al ver la pléyade de grandes artistas programados, pero especialmente es el contexto y el formato donde se enmarca el que lo hace especial.

El encargado de abrir esta serie de recitales de flamenco a pelo (sin megafonía) fue el jerezano Jesús Méndez, que estuvo acompañado por la enduendada guitarra de Manuel Valencia. Hablamos sin duda de una de las parejas mágicas del flamenco actual. Ambos estuvieron acompasados por otra pareja jerezana de categoría: Chicharito y el Macano.

Jesús Méndez, Manuel Valencia, Chicharito y el Macano

La velada discurrió por los cauces del flamenco más cabal. El poderío de Jesús y el aire de Manuel inundaron la Sala García Lorca de soníos negros que dijera este poeta. La satisfacción de los presentes antes, durante y después fue plena. El lleno absoluto.

Una de las cosas que me rondaba por la cabeza antes de presenciar el recital de Jesús era si éste sería capaz de ofrecer algo distinto a lo que le había podido ver en este último año, y sorprendentemente lo consiguió. Letras, estilos y hasta cantes que no le había escuchado anteriormente hicieron alimentar mi sed jonda.

Comenzó a compás de alegrías dichas con gusto y perfumadas de gaditanía que desembocaron en sones utreranos con las cantiñas del Pinini para volver a Cai por romeras. Buena forma de homenajear a la recientemente desaparecida Mariana Cornejo.

Jesús acompañado por Manuel

Lo que se dejó entrever ya comenzado el cante, es que la sala absorbía el sonido en demasía, Jesús tenía que forzar desde el principio y la guitarra de Manuel estaba prácticamente sorda a pesar de su buena pulsación. Es quizás el único pero que se le puede poner al recital. Techos de madera, cortinas y casi 100 personas en apenas 100 metros cuadrados se comían el sonido, dejando la sala prácticamente sin reverb. La fuerza de Jesús pudo con este handicap, pero veremos a ver como se desenvuelven otros cantaores con distintas características vocales.

No hay dudas escuchando al jerezano que uno de sus referentes es Antonio Núñez “Chocolate”. Su taranto, la minera y la taranta de la Gabriela le sirvieron para plasmar su dominio en los cantes libres. Ya con la voz rodada y aclimatada al medio asestó latigazos de jondura con sus bulerías por soleá. Es uno de los grandes intérpretes de este cante y así lo demostró anoche: La Moreno, El Gloría, Frijones y Antonio La Peña toman una dimensión exquisita en la voz de Jesús, si esto lo aderezas con el toque certero de Manuel el resultado es la reciprocidad del público en forma de “olés”. La noche, que en principio parecía algo fría, empezaba a calentarse con cada cante. Aires de la Paquera y de Tío Borrico por tangos le sirvieron para dejarnos con el caramelo en los labios. Jesús estaba para emborracharse, para emborracharse con su cante gitano. De esta forma cerró su primera intervención y nos dejó ansiosos por volver a verlo sobre las tablas.


Jesús y Chicharito

Ya en vereda y dispuestos a llevarnos hasta la cumbre de su arte, salió por soleá. A decir verdad llevaba tiempo queriendo escuchar a Jesús por ahí, y estuvo supremo. Hiriendo en los tercios altos, dominando los tiempos y los silencios y demostrando conocimiento en cada estilo, consiguió pellizcarme por instantes. Enrique El Mellizo, La Serneta, Manolito de María, Joaquín de la Paula, Andonda y cierre del Mellizo fueron las cartas de  una baraja soleaera que Jesús manejó como el mejor croupier del cante jondo.

Cuando se antoja dificil superarse es cuando decide convocar a los duendes en torno a su seguiriya. Explosión de flamencura. Cuando García Loca escribió aquello sobre este cante debió referirse a algo parecido a lo que Jesús nos mostró en la sala que lleva su nombre. Impresionante la salida con el cante en desuso de Fríjones. Cenit artístico con el estilo del Marrurro, del que hace una apoteosis cantaora. Estilo portuense del Loco Mateo con matices personales en los primeros tercios que desembocaron en aquel cierre de Curro Durse popularizado por Manuel Torre. Excepcional Jesús.

Jesús Méndez entregándose


Jesús Méndez y Manuel Valencia por seguiriyas:




De aquí al final no se bajó del tren, el tren del buen hacer y de la entrega absoluta. Fandangos con salida de la casa “ali ali andaaa” para meterse en la piel de su admirado Chocolate, del Pinto, del Gloria y volver a cerrar por Chocolate.



El fin de fiesta no pudo ser más jerezano, por bulerías. Compás, fuerza y gusto para el delirio de los aficionaos que allí se congregaron. Pataíta del Macano y del Chícharo y punto y seguido a este ciclo que promete grandes satisfacciones.



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